Este es un escrito que encontré en un cuaderno que tenía por ahí guardado en algún lugar refundido de mi cuarto, hace tiempo que no escribo algo, quizás porque mis palabras se murieron creo que hace dos años, puedo sentirlas pero no transmitarlas en palabras en letras.
Sé que este tema no es el correcto pero lo escribí cuando tenía catorce o quince años, no piensen que haya sido alguna experiencia personal, nada que ver, no sé solo se me vino a la cabeza en ese momento.
Empieza así:
Recostado en la carcomida mesa en la que sobre ella se hallaba un aniquilante revólver y mis ojos con la mirada fieja a ella, sobre mi espalda cargaba una desquiciante depresión que me erea imposible de salir.
Mientras observaba todo a mi alrededor alucinaba que las paredes me gritaban: “MUERETE MALDITO YA PEGATE EL TIRO ES LO UNICO QUE TIENES QUE HACER”; era como si hubieran mil caras en ellas y me repetían lo mismo con sus trágicas voces: “MATATE MISERABLE, LARGATE AL MUNDO DE LOS MUERTOS”.
De repente cuando cogí el revólver, un miedo penetrante se apoderó de todo de mi cuerpo porque era mi vida con la que iba a acabar pero dentro de mi vida me sentía sin ganas de vivir sentía que la esperanza de salvación ya se había esfumado y que cada esperanza se convertía en un charco de ácido y que esa despreciable depresión se adueñaba de mi almaya no tenía opción para escoger solo había esta solución que se encontraba en mis manos solo tuve que escogerla.
Mientas ese miedo se penetraba en cada partícula de mi ser, cogí el arma y la mano me temblaba sin control solo al pensar que me iba a quitar la vida, el temor era tan incontrolable, la agarré, le puse las balas después me apunté la sien y mi mano seguía temblando, cuando de pronto hale el gatillo y un fuerte ruido ensordeció mi oído, la impactante bala penetró mi cabeza y ella cayó postrada sobre la mesa, me quedé con la mirada desorientada.
En el sólido silencio me encontraba yo, ahogado en un sangriento mar, sumergido en el gran rojizo charco, estaba muerto por el bendito disparo; mis sesos volaron por todos lados, mi cabeza estaba destrozada, ya no tenía vida, ya era un ser muerto, pero conseguí mi objetivo: escapar de la depresión y ahora soy libre.
Creo que este será el principio de la publicación de algunos de mis escritos.
Bueno es todo, me largo…
que cosas! uno suele escribir a veces así a esa edad
te debo la publicación de mi suicidio, y la anécdota correspodiente de cómo por ese escrito tuve que cerrar mi blog (reguetoneros cristianos… malaraza despreciable! XDDD)