Nuestro país está pasando por eras delicadas muy delicadas ahora ya para finalizar el año hicieron su aparición los benditos apagones, “la escacez de luz eléctrica”; sin duda alguna vital para algunos y desperdiciada por otros.
Ecuador, país de grandes riquezas, ¿dónde están aquellas? te las han sido arrebatadas poco a poco, ahora el que se ha nombrado el “nuevo dueño del país” quiere arrasar contigo a toda costa, ciudadanos ¿ qué hemos hecho con nuetra patria?
La sociedad reinante se ha vuelto una selva de cemento donde el poder prevalece, donde el dinero es tu carta de presentación, ¿dónde quedó aquella palabra que nos hacía humanos?, ¿por qué ya no existe en nosotros la humildad?
A diario en los medios de comunicación vemos la lucha bíblica hecha realidad, la pelea de Caín y Abel; la traición de hermanos, el resentimiento de uno y la disque justicia del otro, es la telenovela política ecuatoriana.
Pregunto: ¿Qué queremos para nuestro país?… igualdad de sociedades, bienestar, para que todas ellas se transformen en algo mejor “UN NUEVO PAÍS CON UN BUEN PORVENIR”, ese es el anhelo de todo, ya no quermos más pobreza, ni falsas promesas, ni novelas familiares, porque no dar un buen ejemplo a las próximas generaciones que recien se están encaminando en ese largo sendero y que se encuentran dando sus primeros pasos por este asfalto llamado mi país Ecuador.
Hay que pensar con cabeza fría, poner los pies sobre la tierra, ya no estamos para echarle la culpa a nadie, nosotros mismos hemos sido quienes hemos condenado a este país a ponerse la soga al cuello por dar el voto a gente incrédula y mediocre para gobernarlo, ahora se dan golpes de pecho por su error, solo nos queda tomar conciencia y tratar de salvar lo que queda de esta tierra.
Ecuador, país bendito conformado de ciudaes y de gente luchadora, que en su diario despertar solo tienen un único pensamiento: “sobrevivir y obtener frutos de su trabajo”, conllevan su día a día con la frente en alto, creyentes de su fe mueve montañas, orgullosos de ser dignos de tener dentro su pecho un corazón humano, ese el ecuatoriano de verdad.
Finalizo con esta misma interrogante: ¿QUÉ QUEREMOS PARA NUESTRO PAÍS?, un Ecuador en el hastío ó un Ecuador orgulloso, humano y digno de existir, solo nosotros podemos decidir su futuro.
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