POEMA


Bebo enloquecido tu sangre
Derramada de tus flácidas venas
Mis ojos desquiciados al verla
Mi sed cuán grande se desafora.

Arrastrándome, voy hacia a ti
Inmensa tentación sanguínea
Gota a gota es mi sed perdida
Tu sangre es mi líquido de vida.

Toco tus pálidas muñecas
Y me mancho de tu sublime casta
Ardiente casta, bebida ferviente
Con delicia exquisita succiono tu herida.

Solo saciaría mi sed
Con tu tétrica venida
Regresa con tus propias pisadas
Y yo aliviaré tus heridas.

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