Siempre supe que había que perdonar
que estamos llenos de defectos
y que esos mismos defectos nos hacen humanos
que cuando compartimos una pena
el dolor se hace menos intenso
que no hay nada más importante en la vida
y cuando herimos a la persona que más amamos
lo hacemos sin querer
por pura impotencia, frustración o por miedo
y siempre nos duele más a nosotros mismos.
Pero es tan difícil pedir perdón
y más difícil perdonar
y que no se puede ser indiferente al dolor ajeno
porque no dormirás tranquilo
los remordimientos no te darán paz nunca
y si dañas a las personas
nunca podrás olvidar ese daño que hiciste
tendrás que aprender a vivir con esa sombra.
En cambio, si escoges el camino del bien
siempre tendrás un hombro donde apoyarte
es tan bonito contar con alguien
saber que no te podrás caer,
que nunca tocarás el suelo
que tus amigos, tu familia
están ahí de manera incondicional;
abrazar con amor es una bendición
la bendición más grande del mundo.
Nadie merece estar solo
porque la soledad es como estar en un laberinto sin salida
todos necesitamos amar y ser amados,
de eso se trata la vida
y si nos toca estar solos
siempre habrá una lucecita en medio de tanta oscuridad
algo que nos consuele antes de dormir
no hay nada más humano, más hermoso
que ser solidario
ayudar a otros nos hace mejor.