Lectura para la meditación personal

¿Y Después Qué…?


¡Qué difícil es asumir la vida!

A veces siento ganas de no enredarme pero cómo hacerlo?  Ya decía Ernesto “Che” Guevara “quien ve la luz no vuelve a dormir tranquilo”  Y siendo fieles a la verdad, yo he visto muchas cosas, especialmente después de mi experiencia en el Centro Múltiple de Capacitación Juvenil y en este Campamento.  Ahora hay muchas personas que confían en mi esfuerzo y en mi capacidad para afrontar la vida.

Pero ¿a dónde ir? ¡Qué salida puedo escoger que sea falsa!

La mayor parte de las salidas que la sociedad me ofrece son vacías, huecas, no conducen a ningún lado.  Me dicen que construya mi vida alrededor del tener, que busque amasar riquezas para acumular cosas y así sentirme tranquilo, que soy joven, que viva despreocupadamente.  Me dicen que me deje absorber por la angustia y que me desahogue en el trago o en el amor desbocado.  Me dicen que “hable”, pero sin comprometerme.

Y así, me doy cuenta que todas esas salidas son falsas.  Ninguna de las que he visto conducen a ninguna parte.  Sólo me empantanan en la dispersión, en la lucha por acumular cosas a veces inalcanzables, en la angustia, en el desahogo o en las palabras huecas y sin compromiso.

Allí, sin embargo en el fondo de mi vida, yo se que necesito otra cosa, necesito una respuesta, una alternativa que dé sentido a mi vida; necesito algo o alguien que me conduzca a alguna parte, que me ayude a dirigir mis pasos.  Y es aquí cuando entiendo mi vocación fundamental.  La raíz y la base de todo lo que será mi vida.  La vocación primera.

Es algo tan íntimo tan valioso, tan delicado que si no pongo la máxima atención no lo podrá descubrir.  No es una idea, ni una teoría, es algo, alguien sencillo y humano; una persona.

A partir de Él, de ese alguien, entenderé el mundo, la vida, mi vida.

Es Jesús.

Es la única alternativa posible.

No se trata de ahora ser un fanático, se trata de conocerlo y seguir sus pasos.  Es  la hora de optar.  La hora de construir mi vida.  Y es necesario que ahora, aunque no lo vea tan claro, aunque de entrada no lo entienda todo, opte por construir mi vida desde Jesús, es decir, asumir la vida como la asumió Jesús, “Quien no está conmigo, está contra mí”

Optar por Jesús implica relativizar, dejar a oscuras los proyectos del ambiente.  Mi ambiente, mi sociedad, mis sentidos, mis sentimientos, mi mente seguirán gritando, presionados por el ansia de tener, de gozar a costa de otros, de triunfar egoístamente, de oprimir a otros.
Y  muchos caerán…  quizás yo también.

Pero algunos serán capaces de decir como Pedro: “Señor, a quien iremos, si solo tu tienes palabras de vida eterna”.

El día que un amor se frustre.  El día que pierda mi novia o novio, el amigo o amiga que creía única.  El día que me comuniquen que no puedo entrar a la universidad o que perdí el semestre.  El día en que pierda el trabajo o pase varios meses sin empleo.  El día en que haya consumido mis fuerzas luchando por una patria nueva y todavía no se haya logrado nada.  Ese día todo se oscurecerá.  Creeré que no ha valido la pena tanto esfuerzo tanto amor, tanta renuncie.  Y a oscuras, no sabré donde dirigir mis pasos.

Solo Jesús, que nos amo primero, que nos ha liberado del mal, que nos ha demostrado con su muerte y resurrección que el amor es más fuerte que la muerte, más fuerte que todas las formas del mal…  solo Jesús puede, ese día dar sentido a nuestra existencia, Jesús no nos quita el dolor, no nos arregla la vida con si fuera un mago…  pero lo liena todo de sentido de ganas de vivir y seguir amando.  Nos da fuerza, animo de seguir, a veces de volver a empezar.

No se nos pide ahora creer ni conocer todo sobre Jesús, será sin duda un proceso, ahora colocamos la semilla, después vendrán las opciones de cada día.  Es decisión mía.

Ahora mismo, mientras leo todo esto, puedo interrumpir la lectura, y decir: “me vuelvo a casa, me vuelvo a mis respuestas de siempre”.  O puedo decir: “voy a enfrentar la vida de otra manera, voy a  empezar a crecer día a día, con la conciencia de que no será fácil, que necesitaré ayuda, pero con la convicción que el camino se lo hace caminando”.

Quizá durante algún tiempo no vea nada.  Todo será como un difícil enigma, me sentiré protagonista de una extraña aventura.

Pero si soy fuerte y permanezco fiel, algún día veré y me sentiré libre y sabré que no he vivido en vano, que cada minuto de mi existencia ha tenido sentido.

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