Mientras duermes, tu mente juega contigo. Te vienen sueños convertidos en historias ¿alguna vez te ha sucedido esto? A mí, tantas veces… No sé si mi subconsciente se las trama con liarse con mis emociones, en el cual durante el sueño vivo, respiro dentro de esa historia que mi mente me presenta.
Una vez más me sucedió en la madrugada de este viernes de mayo. Esta vez fue una historia donde se involucra el amor como tema principal en conjunto de pasiones, decepciones. ¿cómo termina? pues no lo sé…
Empecemos con el sueño-historia:
“Caminar por las calles de esta gran ciudad bajo un cielo nublado, donde el sol apenas se asoma. La vida rutinaria de Vero era su departamento y su trabajo, tan solo con 25 años sentía que no ha vivido nada, no había emoción. Se conformaba con lo que hay pero siempre llevando su majestuosa sonrisa y su grandioso positivismo.
Un día cambio todo, quien diría que el destino le pondría en su camino el amor de vida. Ella no creía en el amor. Ya había sufrido tantas decepciones y desilusiones. Se cansó de besar sapos. No obstante, aquel príncipe azul con el que uno sueña llegaría en forma de un loco, greñudo (cabello largo), de mirada intensa y de sonrisa encantadora. Él es Jordi, un joven que vive su vida a lo libre y sin ataduras. Un chico de 27 años no vive de apariencias; a pesar de ser miembro de una de las familias más acaudaladas de la ciudad. Es sencillo; es decir, para él, el dinero no es su razón de vivir.
Al salir del trabajo, Vero se dirige a la cafetería para encontrarse con su cita a ciegas, dicha cita organizada por su estimada compañera de departamento, Nella. Entra, se sienta y espera al hombre que quien diría le robaría su corazón. La señal para poder identificarlo sería una corbata roja y la de ella sería un broche de calavera, señales raras y estrambóticas.
Cada vez que se abría la puerta, ella volteaba para ver y nada, el caballero andante no aparecía. Ya había pasado media hora y se disponía de retirarse del lugar, a lo que va caminando hacia la salida del lugar, mientras busca algo en el agujero negro que es su bolso, tropieza con alguien, al levantar la cabeza e iba a decirle sus verdades, el choque de miradas fue como una colisión de dos planetas. Esos ojos marrones la hechizaron, y al parecer, el impacto fue mutuo.
El hechizo se rompe cuando Vero con el coraje dice:
Vero: ¿Qué no ve por dónde camina?
Jordi: Disculpe, pero también la señorita por andar a ciegas tampoco se da cuenta por dónde camina.
Vero: Ay, ahora el señor se cree un santo. Acaso es el dueño del lugar.
Cuando Jordi iba a decir algo, se da cuenta del broche de calavera que llevaba puesto Vero.
Jordi: ¡Eres tú!
Vero: Yo que…
Ella también se da cuenta cuando Jordi toca su broche y mira la corbata que él lleva puesta. Se miran de nuevo pero sus miradas son especiales.
Este es el inicio de una historia en la cual ambos serán protagonistas de una historia en el que Cupido los flechó.
Si lees esto… ¿qué título le pondrías a esta historia?
P.D.: Soy novata en narrar historia… ¿sabías que es difícil plasmar en letras un sueño?