Me acuerdo que solo me pasaba ansiosa esperando a que llegara ese día para estar a tu lado, confieso que no aguantaba, quería que las horas se fueran volando solo para tenerte a mi lado.
Cuando llegaba a tí, sentía una emoción inexplicable, mi vicio era incontrolable pero tenía que resistirme, no quería mostrarme precipitada a tu encanto, a ese encanto que un día me enamoró y que de ese amor solo queda recuerdos olvidados, te veía y te saludaba con normalidad y de ahí ibamos al que antes era nuestro lugar. Hacía mi rutina de siempre mientras conversabamos y luego a lo nuestro, un abrazo tuyo, una caricia, un beso; esas pequeñeces que hacían perfecto el momento, recuerdo que era sublime sentirte conmigo, tu cuerpo junto al mío, acariciándote, abrazándote, todo era sublime.
Me acuerdo que hacer el amor contigo era divino, percibir tu aroma, el roce de tus labios en mí, totalmente era único, recorrer tu cuerpo, solo estrechar mis manos con las tuyas era maravilloso, pero con el tiempo todo se volvió monótono, ya no era amor, ahora era adicción, atracción… sexo…
Ya no era pasión, ya era costumbre, lo mismo lo mismo lo mismo, rara vez había algo de emoción pero era fugaz, venía tan sorpresivo y se iba tan rápido como vino, ¿qué quedaba? nada, vacío absoluto.
Me doy cuenta que mi piel no te está necesitando, que mis deseos hacia a tí se están apagando, te volviste un extraño a mi pasión, solo puedo decir que solo que para mí ya eres una ATRACCIÓN MUERTA.